
La Albufera debió en el pasado de rebosar de vida y biodiversidad, pero la actividad industrial, los arrozales, la caza y los aterramientos lo han convertido en un lago envenenado con metales pesados, plaguicidas, plomo procedente de perdigones y todo tipo de escombros. A pesar de las recientes medidas emprendidas de regeneración, la fuerza de la basura y la contaminación puede más.La franja costera de litoral, es una estrecha franja de más de 10 km de longitud y uno de ancho ocupada por dunas, mallaes (hondonadas salinas) y matorral mediterráneo presidido por Pinus halepensis. Tampoco se ha librado. En la década de 1960-70 estuvo muy cerca de desaparecer bajo el asfalto y el golf, pero entonces el movimiento ciudadano pudo más y se paró parcialmente.
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