La vegetación de dunas está caracterizada por la singularidad de sus comunidades y por el alto grado de endemismos. Las plantas características de este tipo de hábitat por lo general son pequeñas y suculentas. El componente florístico de esta comunidad está enriquecido con especies que pertenecen a la marisma y al matorral costero. Ambronia marítima y Carpobrotus aequilaterus son consideradas especies clave, ya que juegan un papel importante como pioneras y fijadoras de arena. En el Estado, este tipo de ecosistemas se distribuye a lo largo de las costas del Pacífico y del Golfo de California, presentándose en mayor número sobre las primeras, desde la línea fronteriza con los Estados Unidos de América, hasta el paralelo 28°. Sobresalen, por su extensión, Los Médanos, El Ciprés, La Joya, San Quintín, El Rosario, Rosarito y Desierto de Vizcaíno, continuándose estas últimas hasta Guerrero Negro y Ojo de Liebre, en Baja California Sur.Las dunas representan un sistema de protección de la línea de costa, pues disipan y amortiguan los efectos producidos por la fuerza del oleaje, además de que funcionan como reserva de arena en playas erosionadas. Se les considera ecosistemas frágiles. El 70 por ciento de la vegetación de dunas ha sido destruida por los desarrollos urbano-turísticos, debido a lo cual se encuentran entre las comunidades en peligro de extinción.
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